domingo, 11 de marzo de 2012

Hablarle al mundo para que sepa que hay días malos, de esos en los que te gustaría que alguien te dedicara un minuto de su tiempo. Para olvidarnos del asfalto y de los logros y fracasos de nuestra propia vida. Hoy es un día de esos en los que debería hacer mucho frío, frío de mejillas rojas, para ponerse una bufanda e ir a una plaza a escuchar una banda de jazz. Y olvidarse de los demás. Saber que la gente que confía en ti y te aprecia no se cansará nunca de prepararte chocolate caliente cuando vuelvas a casa. Que será incondicional.

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