martes, 19 de abril de 2011

Lo que quiero es simple egoísmo. Un egoísmo perfecto. Por ejemplo: te digo que quiero un pastel de fresa, y entonces tú lo dejas todo y vas a comprármelo. Vuelves jadeando y me lo ofreces " Toma, tu pastel de fresa". Y te suelto: "¡Ya se me han quitado las ganas de comérmelo" Y lo arrojo por la ventana. Eso es lo que yo quiero.